Votantes inmigrantes y el espectro del ‘Socialismo’

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En estos días, se siente como si cada ciclo de noticias trae informes de otro vicioso asalto público a los asiáticos. Como vietnamita americano, me siento inmenso pavor después de cada ataque, pero el reciente aumento del racismo anti-asiático ha solo fortalecido mi fe en la justicia social y los ideales progresistas para que luchamos en DSA.

Desafortunadamente, no todos los estadounidenses de origen asiático sienten de manera similar, particularmente aquellos dentro de mi propio subgrupo étnico. Incluso como la retórica de Donald Trump ayudó en despertar el odio anti-asiático el año pasado, una encuesta de verano de 2020 realizada por Asian Americans Advancing Justice encontró que el 48% de los estadounidenses vietnamitas planeaban votar por Trump en las elecciones de 2020. Durante la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de los Estados Unidos, las tres rayas de la bandera de “South Vietnam” era claramente visible en medio del scrum de los alborotadores.

El conservadurismo estadounidense vietnamita es desalentador, pero no sorprendente.

“La gente que vino aquí después de 1975 llegó porque son rabiosamente anticomunista,” dijo Cynthia Nguyen, psiquiatra y fundadora miembra de PIVOT — “Progressive Organización Vietnamita Americana,” en una entrevista de abril. “Los vietnamitas quienes vinieron están tan agradecidos con América, y por alguna razón, piensan que el Partido Republicano es el responsable por esta bienvenida.”

De hecho, muchos vietnamitas estadounidenses mayores ven al Partido Republicano como la última y única línea de defensa de EEUU contra el comunismo, un sentimiento avivado con entusiasmo por los conservadores en los Estados Unidos. Este sentimiento está muy extendido no sólo entre la comunidad vietnamita estadounidense, sino dentro de todas las poblaciones de inmigrantes de EEUU con raíces en estados “socialistas” o ex-socialistas.

“La gente que vivía en Cuba y experimentó el período posterior a la Revolución Cubana … experimentó muchas dificultades,” dijo Fernanda Uriegas, una periodista y productora de podcast cubanoamericana, en una entrevista con Izquierda Democrática. “Debido a su decisión de mudarse a los Estados Unidos … perdieron sus negocios, fueron separados de sus familias, y no pudieron regresar. Y yo siento que ese trauma los ha hecho temerosos de que suceda lo mismo en Estados Unidos por elegir a un candidato demócrata.”

Estos sentimientos resurgieron en julio de 2021, cuando una ola de protestas internas contra el gobernante Partido Comunista de Cuba evocaba la simpatía de cubanoamericanos en las redes sociales y en las calles de Miami.

¿Cómo podemos convencer a estas personas de los beneficios del socialismo si renunciaron a todo para escapar de un sistema llamado socialista? Para algunos grupos minoritarios, apelar en líneas raciales podría ser eficaz, pero es poco probable que esta táctica trabaje con vietnamita- o cubano-americanos mayores. Cuando le pregunté a mi abuela, Vinh Nguyen, por qué sus conocidos que votan republicano no habían sido empujado a la izquierda por el simple hecho del racismo anti-asiático de Trump, ella respondió sin dudarlo: “Algunos de los vietnamitas creen que están al lado del blanco.”

En la misma línea, según Uriegas, muchos cubanos se ven a sí mismos como separados de la narrativa anti-inmigración propagada por Trump y sus aliados: “Para los cubanos, la mayoría de nosotros son blancos o negros, no hay muchos cubanos morenos.” La injusticia racial simplemente no es un problema central para muchos individuos cubanos blancos.

En cambio, organizaciones como PIVOT ha tenido éxito al acercarse a americanos vietnamitas a través del lenguaje que entienden — literalmente. El año pasado, PIVOT creó Viet Fact Check, un sitio web que publica artículos en vietnamita desacreditando las teorías conspirativas de la derecha. A través de Viet Fact Check — y esfuerzos considerables de alcance comunitario — PIVOT logró convertir decenas de votantes estadounidenses vietnamitas quien nunca hubieran sido alcanzados por los medios de comunicación en inglés.

“Creo que hicimos mucho para influir los resultados de las últimas elecciones, especialmente en la segunda vuelta de Georgia,” dijo Cynthia Nguyen.

Desde entonces, la organización ha hecho anuncios de seguridad pública similares en vietnamita para informar a los estadounidenses vietnamitas mayores sobre temas políticamente cargados como pautas de seguridad COVID-19. Para llevar estos anuncios de servicio público frente a ojos mayores, PIVOT alienta a los miembros más jóvenes de la organización para compartirlos con sus familiares por correo electrónico y redes sociales.

Ya sea a través de canales propios como Viet Fact Check o a través de la mesa de la cena, tanto Cynthia Nguyen como Uriegas desaconsejan explícitamente usando la palabra “socialismo” cuando lanzando políticas progresistas a los miembros de la familia que son ex refugiados. Esto es más que solo una cuestión semántica: “Creen que el socialismo es equivalente al comunismo, que es equivalente al régimen comunista en Vietnam que los torturó,” Cynthia Nguyen dijo. Si bien puede parecer que cede terreno a la derecha, el hecho es que alguien cuya familia fue asesinada y cuya propiedad fue tomada por comunistas — ambas cosas que sucedieron a mis parientes — es más probable asociar el socialismo con aquellas dificultades que con Medicare para todos.

Hay motivos para ser optimistas. En los exámenes parciales de 2018, más jóvenes vietnamitas estadounidenses votaron que nunca antes. Políticos estadounidenses vietnamitas como Thu-Ha Nguyen, una miembro del consejo municipal en Garden Grove, California, han citado las políticas sobre la inmigración de la administración Trump como su inspiración directa para postularse. Y, aunque el partido republicano mantiene un fuerte control sobre la población cubanoamericana, las encuestas recientes muestran que cada vez más cubanos entre 18 y 39 años están a la deriva hacia la izquierda.

Independientemente de este cambio gradual, la opresión comunista todavía acecha grande en la memoria viva de estos grupos de inmigrantes. Adaptando esfuerzos de alcance por el lenguaje y medios consumidos por miembros mayores de estas comunidades — y cuidadosamente evitando el uso excesivo de la palabra “socialismo” — es posible convertir al menos algunos de ellos en una fuerza progresiva de votación.

“La educación es una gran cosa, así que empuja eso. Solo diga: ‘¿Sabes? Somos educados, y esto no es un lavado de cerebro. Esto es en realidad por lo que sacrificaste’,” aconsejó Cynthia Nguyen. “Decir cosas así les hace entender que no somos ignorantes, que realmente conocemos el sacrificio que han hecho, y no estamos siendo no filial diciendo que realmente deberías votar por cosas que son realmente buenas para ti.”