La victoria de la vivienda en Berlín impulsa a los activistas

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En septiembre, más de un millón de habitantes en Berlín votaron “sí” en favor de un referéndum pidiendo a la legislatura de Berlín que aprueben una ley socializando la habilitación de casas a todos los propietarios dueños de más de 3.000 unidades. Si la legislatura lo hiciera, más o menos 240.000 departamentos, 11% de alquileres, serían expropiados por la ciudad. A pesar de que los prospectos para esta implementación todavía se ven complicados, la victoria de la campaña “expropiación” en las urnas demuestra lo que los inquilinos organizados pueden llegar a hacer.

El referéndum, que se aprobó con 57.4% del voto, vino después de una década de organización contra el desplazamiento y aumentos rápidos en alquiler en la ciudad, de los cuales procesos fueron acelerados por la venta de una porción significativa de vivienda pública en los años 2000. Frustrados por la inacción del estado en vista de contratos vencidos de viviendas subvencionadas, y el fallo constitucional reciente de la corte contra un límite de alquiler en Berlín, activistas en favor de la vivienda se unieron en torno a la iniciativa ciudadana Deutsche Wohnen & Co Enteignen. https://www.darumenteignen.de/en/

El nombre y la retórica de la iniciativa señaló al propietario más grande y notorio de Berlín, Deutsche Wohnen, e invocó el eslogan históricamente controversial y llamativo: Enteignen (expropiar). El referéndum está anclado en la constitución alemana: artículo 14, que permite la expropiación para el bien común, y el artículo 15, aún no probado, que permite la nacionalización, formaron la base para el referéndum. El reto ahora es que el referéndum lleve a más que una victoria simbólica. 

La campaña se rehuyó de un referéndum vinculado sobre un proyecto de ley completamente desarrollado porque se hubiera arriesgado en descalificarse por la malla barroca, a menudo contradictoria, de las leyes de Berlín, Alemania y la Unión Europea, optando mejor para una “referéndum de resolución,” que ahora requiere más cooperación del gobierno de la ciudad.

Los berlineses votaron por el referéndum de acuerdo a líneas partidistas. Sin embargo, también eligieron partidos del gobierno municipal que se oponen a la implementación del referéndum. Para cumplir el mandato popular, el movimiento expropiatorio tendrá que convertir las redes organizadas, el saber y hacer, y las expectativas generadas por la campaña en un poder institucional pro-arrendatario.

Aproximadamente una cuarta parte de los 3,6 millones de residentes de Berlín carecen de la ciudadanía alemana y no eran elegibles para votar en el referéndum. La falta de derechos de voto no impidió que DSA Berlín (no oficial) hiciera lo que pudiera para ayudar al referéndum, mientras que al mismo tiempo agitaba por los derechos de voto y vinculaba nuestro trabajo a las luchas por la vivienda en los Estados Unidos.

Los miembros de DSA Berlín tradujeron la literatura de la campaña, asistieron a eventos para colgar carteles, demostraciones y, lo más importante, ayudaron a recolectar las 350.000 firmas que aseguraron el referéndum.

Aunque el papel de DSA Berlín en la campaña del referéndum fue modesto, nuestra participación nos dio confianza en nuestra capacidad para hacer contribuciones e integrarnos en las luchas y estructuras políticas locales. La oportunidad de tener miles de conversaciones significativas sobre una propuesta audaz y realista con nuestros seres queridos, vecinos y compañeros de trabajo ha sido enormemente educativa y alentadora. ¡La lucha continúa!